Roma

Sinan Gudzevic
En las termas de Roma una vez hubo bibliotecas:
En un aire fresco y limpio se podían leer los libros.
Hoy, entre los libros polvorientos, que manchan y provocan estornudos
serían más saludables las termas que las bibliotecas.

Dijo Demócrito que pensar en algo hermoso
era por sí mismo señal de tener una mente divina.
Por eso, una muchacha, desde hace meses aquí en Roma
es lo que añade también la mía a las mentes divinas.

Fue Parménides el primero en dar una prueba
de que la estrella de la mañana y la del atardecer eran la misma.
Una posible prueba se ofrece también a mí esta noche.
Quiero sabel cuál es. Me siento junto a la ventana y observo.
Sinan Gudzevic
Epigramas romanos