José Manuel Caballero Bonald
En San Pietro in Montoria las palomas
no vuelan, no se arrullan, permanecen
al borde del talud, entre las frondas polvorientas,
remisas y taimadas
como la historia escrita por sus protagonistas,
y allá lejos,
al fondo del Trastevere,
por la brumosas aulas del crepúsculo,
los muros ocres, malvas, imprecisos
de la ciudad relucen entre cultos tesoros
y magnánimas cláusula de un tiempo
que nos defiende
del ominoso asedio de los bárbaros.
En el mismo talud,
cerca ya del Templete donde anidan
los años sin vivir y las palomas,
comprendí que ya nunca me iría propiamente
porque ésa fue mi patria algunas noches.
(Marco Pacuvio)
J.M. Caballero Bonald