Puertos

Juan José Téllez
Viejos muelles de Bristol, oíd mi corazón amotinado.

Ojos como antorchas incendiando la noche
bajaban por el glaciar callejero de Hong Kong.

Hay un paquebote anclado en la húmeda calma
de Rotterdam, sin carga ni piloto.

Pero en la taberna de Recibe probé tus ojos
poblados como un galeón hundido para siempre
cuando buscaba la ruta de Cartagena de Indias.

Morena de La Habana, sentí fiebre en Charleston.

Zarpé de Vladivostok y derivé a Corea,
cautivo y a tu pairo como un delfín arponeado.

Al sur del cabo Stad, un buque bordeaba los fiordos:
larga noche del Báltico, rubias de Copenhague.

Reparábamos en Bilbao, bajo la lluvia en la ría:
hombros tatuados con muchachas y lugares,
pero yo no recordaba de donde procedíamos.

Viento de Rodas y olas de Samarinda.

Compré un pasaporte falso al hampa de Brisbane
cuando navegaba al mando de un turco tuerto.

Robé en Valparaíso su diadema dorada
a una millonaria que no la echó de menos.

Te besé en Asmara y te olvidé en Bombay,
oscura cortesana de Malabo,
con los brazos comidos por las hormigas.
Juan José Téllez
Trasatlántico

0 comentarios: