Mapas

Joseph Conrad

De niño me apasionaban los mapas. Me pasaba las horas muertas contemplando Sudamérica, África o Australia, soñando con la gloria de la exploración. Por aquel entonces había en los atlas numerosos espacios en blanco, y cuando mi atención recaía en alguno que me parecía singularmente evocador (sólo que no había ninguno que no me lo pareciera), clavaba el dedo en él y decía: «Cuando sea mayor iré ahí».

Joseph Conrad

El corazón de las tienieblas

No llorará tu padre en la bocana

León Molina
Ahora que eres pequeño y sonríes
fundo por contra mi esperanza
en que la vida te sea leve

Te deseo inteligencia, belleza y vigor
Quisiera verte un día disfrutando
de buenos manjares, delicadas amantes
amigos ciertos, momentos de belleza

Te deso una vida anchurosa
y libre como el océano
y que tu padre no sea un escollo importante
en el curso de tus navegaciones
Veo ya difícil mi viejo proyecto de mudarme
a un lugar cercano al mar
Busca pues tu puerto y zarpa dél
que en sus aguas sucias no hay ventura
Lánzate al anchuroso espacio y gústalo
que no hay cielo que condene
el uso de su grandura

Apuesta por el rumbo arriesga la singladura
y busca la paz en la tormenta si es preciso
Y al cabo
cuando en dulces ensenadas
la calma nave recales
con cartas a tu padre manda a los emisarios
hasta la olvidada provincia del interior
donde un hombre tranquilo fuma y observa
la bóveda refulgente
las mismas estrellas
que a ti te guían

León Molina
Señales en los puentes