El regreso


Federico Díaz-Granados

Regresar de los viajes
con la urgencia de quien ha conocido
la única moneda de la muerte,
contemplar los libros regados en el piso,
rastrear y limpiar los discos y los afiches de antiguos festivales.
Sacudir los muebles
y saludar de mala gana a los vecinos que no nos han extrañado,
abrir la revista que quedó inconclusa en la mesa de la noche
y saber que otro amor la magulló.

Regresar de los viajes
y acomodar los souvenirs y las postales en un lugar
que no ha sido preparado para ellos.
Reacomodarse y organizar la pobreza otra vez en las gavetas,
aprender de las mudanzas del amor siempre de afán,
el no alcanzar a colgar un cuadro
cuando nuevamente el camión de los trasteos
nos llevaba hacia otro asombro.

Se ha cambiado tantas veces de casa, de gustos, y de vida
que ya se aprende a respetar a los viejos inquilinos.
Ante el cansancio hacerse un lugar entre la gente,
saber que se estorba, que solo ebrio se cabe entre los amigos.

La vida cierra las persianas al regreso de cada viaje
y no se encuentra uno con su cuerpo,
acostarse a contar las nuevas cicatrices,
desayunar al día siguiente con la nostalgia de los rostros dejados
y en soledad saber que uno es algo incompleto a la deriva,
una larga temporada baja a la que siempre se retorna.

Federico Díaz-Granados
Hospedaje de Paso

Foreign affair

Tom Waits

When traveling abroad in the continental style
It's my belief one must attempt to be discreet
And subsequently bear in mind your transient position
Allows you a perspective that's unique

And though you'll find your itinerary's a blessing and a curse
Your wanderlust won't let you settle down
And you'll wonder how you ever fathomed that you'd be content
To stay within the city limits of a small Midwestern town

Most vagabonds I knowed don't ever want to find the culprit
That remains the object of their long relentless quest
The obsession's in the chasing and of the apprehending
The pursuit you see and never the arrest

Without fear of contradiction "bon voyage" is always hollered
In conjunction with a handkerchief from shore
By a girl who drives a rambler and furthermore
Is overly concerned that she won't see him anymore

Planes and trains and boats and buses
Characteristically evoke a common attitude of blue
Unless you have a suitcase and a ticket and a passport
And the cargo that they're carrying is you

A foreign affair juxtaposed with a stateside
And domestically approved romantic fancy
Is mysteriously attractive due to circumstances knowing
It will only be parlayed into a memory

Roma

Sinan Gudzevic
En las termas de Roma una vez hubo bibliotecas:
En un aire fresco y limpio se podían leer los libros.
Hoy, entre los libros polvorientos, que manchan y provocan estornudos
serían más saludables las termas que las bibliotecas.

Dijo Demócrito que pensar en algo hermoso
era por sí mismo señal de tener una mente divina.
Por eso, una muchacha, desde hace meses aquí en Roma
es lo que añade también la mía a las mentes divinas.

Fue Parménides el primero en dar una prueba
de que la estrella de la mañana y la del atardecer eran la misma.
Una posible prueba se ofrece también a mí esta noche.
Quiero sabel cuál es. Me siento junto a la ventana y observo.
Sinan Gudzevic
Epigramas romanos

Y el azul de repente

María M. Bautista

En estos días de julio recuerdo la Avenida de la Libertad y el sol tan alto. Un mediodía en una playa de Kelibia, donde tenía lleno de sal el pelo. Los campos de cultivo y el ocaso al final de una carretera. Una noche en Mahdía en la que nuestros ojos eran luciérnagas y apenas se distinguían el zumbido del mar y los mosquitos.
La subida a Gammarth y el azul de repente.

María M. Bautista

Ciudades, rostros

Jorge Riechmann
Las ciudades son rostros de mujer.
Si una ciudad existe, es un rostro de mujer.
Jorge Riechmann
Muro con inscripciones

Periferia

María M. Bautista
Hay instantes en los que el sol y el alma están en vilo: en los minutos que preceden la noche en el vagón de un tren de cercanías. Porque el sol se adormece entre los cables, como un dragón de luz que se desangra sobre el abismo del mundo. Tal vez entonces alguien, alguien que no esperó jamás encontrar nada aquí en la periferia, se quede boquiabierto. Luego, después de esos momentos vacilantes, caerán el sol y el monstruo bajo la red pesada de la noche. Pero aún tenemos otro motivo más para vivir perplejos: toda una fiesta de luces que se cruzan, de silenciosas fábricas, de trenes sibilantes, de campos apagados nos espera. 


María M. Bautista

Ciudades

Antonio José Ponte
Era en una ciudad desconocida
a la espera del invierno
en la ciudad de invierno
y sentí temor.
No era la lejanía lo que entonces lloraba
ni el gesto irrecordado de mi casa,
eran los hábitos, ese acodarme.
Esperaba algún centro, atravesaba calles.
¿Qué hacemos con los labios
sino mentir esta vieja canción:
dónde está el centro,
la semilla que pueda levantar con mis manos?
Pasó gente.
El camino a la belleza de sus rostros era tan largo
y yo tan lento para recorrerlo...
Había escrito que una ciudad sucede a otra
pero hallé demasiadas para mi memoria.
Era una ciudad desconocida
a la espera del invierno.
Temí gastarme en pueblos que no eran,
inventados al paso de los trenes.
Antonio José Ponte
Asiento en las Ruinas

Milán

María M. Bautista

Yo puedo ver, si están ciegos mis ojos,
el alma que atraviesan las astillas,
toda temblando. Alrededor las calles,
que se tuercen hasta llegar al centro,
o las calles que van al extrarradio
para encontrar las fábricas en ruinas.
Así viene Milán a mi memoria:
bajo la luz del alto sol de julio,
o frío entre la niebla de febrero,
coronado de astillas y de mármol.


María M. Bautista

Nueva reconquista de Graná

Grupo de Expertos Soy y Nieve

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