Francisco Bejarano
Solo, desde el castillo de San Jorge,
quisiera esta ciudad y su estuario
para ver los crepúsculos y el puerto
y oír lejanos ecos de La Baixa.
Pasar las tardes, solo, en sus jardines
y saber que ninguno me dirá
de otro lugar más bello ni más triste,
que no hay nada más allá, que aquí termina
el mundo deseado, aquí comienza.
Solo, desde el castillo de San Jorge,quisiera esta ciudad y su estuario
para ver los crepúsculos y el puerto
y oír lejanos ecos de La Baixa.
Pasar las tardes, solo, en sus jardines
y saber que ninguno me dirá
de otro lugar más bello ni más triste,
que no hay nada más allá, que aquí termina
el mundo deseado, aquí comienza.
Francisco Bejarano
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