Frío como el infierno

Benjamín Prado


Estamos en invierno y esto es Roma
y tú no estás.
                 Yo voy de un lado a otro
de tu nombre,
                 lo mismo
que un oso en una jaula;
marco un número;
pongo la radio, escucho una canción
de Patti Smith dar vueltas dentro de Patti Smith
igual que un gato en una lavadora.

Estamos en invierno y yo busco un cuchillo;

miro la calle;
                pienso en Pasolini;
coges una naranja con mi mano.

Y esto es Roma.

                      La nieve
convierte la ciudad en una parte del cielo,
ilumina la noche,
deja sobre las casas su ángel multiplicado.

Y tú no estás.

                  Yo cierro una ventana,
miro el televisor,
                   leo a Ungaretti,
pienso
la distancia es azul,
yo soy lo único que hay entre tú y este frío.

Estamos en invierno y esta ciudad no es Roma

ni ninguna otra parte.
                          Miro atrás
y puedo verlo: acabas de apagar una lámpara;
has cerrado los ojos
y sueñas con un bosque;
                             de repente
alargas la mano,
que está en el otro lado de la mujer dormida...

Mientras,


yo odio este mundo frío como el infierno
y el cansancio que caz lentamente mis ojos;
odio al lobo que has puesto en la palabra noche
y la forma en que llenas la habitación vacía.
Odio lo que veré
desde hoy y para siempre: tus pisadas
en la nieve de Roma, donde nunca has estado.
Benjamín Prado
«Frío como el infierno», Todos nosotros

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