Diez Principios para una Nueva Arquitectura

Yona Friedman

1. El futuro de las ciudades: serán centros de recreo y esparcimiento, centros de vida pública, centros de organización y decisión de interés público. Otras funciones (trabajo, producción) están cada vez más automatizadas y, consecuentemente, están cada vez menos localizadas en las grandes aglomeraciones. El énfasis primordial en el trabajador perderá su significado y el trabajador se convertirá en espectador o cliente.
2. La nueva sociedad urbana no debe ser conformada por el urbanista. Las diferencias sociales entre los diversos distritos deben evolucionar espontáneamente. Un excedente de viviendas de alrededor del 10 por ciento es suficiente para que los habitantes puedan elegir sus barrios respectivos, de acuerdo con sus preferencias sociales.
3. Las grandes ciudades deben incorporar actividad tanto agrícola como industrial. El agricultor urbano es una necesidad social.
4. El clima de las ciudades debe ser regulado. Esto permitiría una gran libertad y aumentaría la eficacia en relación al uso: las calles se convierten en los centros de la vida pública.
5. Las estructuras, que en conjunto forman el tejido físico de la ciudad, deben reflejar los avances de la tecnología moderna (por ejemplo, en la actualidad los puentes pueden atravesar distancias de muchos kilómetros).
6. Una ciudad nueva construida desde cero en el desierto no es en general una propuesta viable. Las grandes ciudades han evolucionado a partir de antiguas ciudades pequeñas: la nueva ciudad debe ser una intensificación de ciudades existentes.
7. La técnica tridimensional de este urbanismo (urbanisme spatial) permite la agrupación de distritos no sólo yuxtapuestos sino también superpuestos.
8. Las estructuras que forman la ciudad deben ser esqueletos, que se rellenarán según se desee. Las adiciones a estos esqueletos dependen de la iniciativa de cada habitante.
9. No sabemos el tamaño óptimo de una ciudad. No obstante, la experiencia nos dice que las ciudades de menos de tres millones de habitantes se hunden en el provincianismo y que las ciudades de un tamaño superior a ése se vuelven inmensas. El límite empírico de tres millones de habitantes parece ser el tamaño óptimo.
10. Dada la tendencia a la emigración hacia las ciudades, no es exagerado estimar que en el futuro próximo las ciudades albergarán al 80-85 por ciento de la humanidad; esta cifra es actualmente del 50 por ciento. No es demasiado exagerado imaginar que toda la población de Francia cabría en diez o doce ciudades de tres millones de habitantes, toda la de Europa en 100-120 ciudades, toda la de China en 200 ciudades y toda la del mundo en 1000 grandes ciudades.

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