Sevilla


A cambio de los paseos por tus callejuelas
- y brillaba la luna como en un decorado,
y era cálida y rara -,
por tus plazas con fuentes y con niños mendigos,
por los atardeceres sobre el río moribundo;
en pago a los obsequios de tu noche morada
en que las estrellas eran dioses de nieve,
a cambio de tus amaneceres sobre el parque
cuando volvía a casa con un vaso en la mano,
a cambio de esos regalos, insignificantes
y preciosos como una vida, yo
te doy mi juventud.

Que los años, si quieren, me lleven
a lugares oscuros, lejos de ti,
ciudad del sol y las demás estrellas.
Pero recuerda: te doy mi juventud.

Cuando regrese y pise tus alfombras invisibles
hechas de luz y de jazmines muertos,
¿me darás tú la imagen de estos años,
perdidos en tu honor, que son de oro?

Hoy recuerdo tus lunas aladas fugitivas.

Felipe Benítez Reyes

Los Vanos Mundos

0 comentarios: